“Nos planteamos la pregunta: ¿Cuál es nuestra comprensión del acto de
enseñar? ¿Cuál es nuestra comprensión del acto de aprender?
Y fue exactamente a partir de ahí que yo hice la critica a lo que yo llamé,
“educación bancaria´´.
Tú no puedes
enseñar a nadie a amar, tú tienes que amar, la única forma que tú tienes de
enseñar a amar, es amando. Yo creo que el amor es la transformación definitiva.
Esto me dice nuevamente que hay que partir, hay que saber partir del nivel
donde el educando está o los educandos están, este es un nivel cultural,
ideológico, político…
Y por eso es que el educador tiene que ser sensible, el
educador tiene que ser estético, tiene que tener gusto.
La educación es una
obra de arte, el educador tiene que ser ético, tiene que respetar los límites
de la persona.
No puede, yo no puedo entrar en ti o dejar de respetarte. Yo
tengo que respetar tus sueños y respetar tus miedos. Pero yo debo también tocar
estos miedos como ese terapeuta hace a veces.
Si tú vives, si tú trabajas con
un grupo metido en el silencio, hay que encontrar un camino para que ellos
rompan el silencio.
Pero a la vez nosotros no encontramos realmente no hay
recetas para esto, no encontramos el
camino cierto, el camino cierto es alcanzar el meollo del silencio si el grupo
me quiere escuchar, no puedo negarle mi voz, pero enseguida yo demuestro que
necesito también de su voz porque mi voz no tiene sentido sin la voz del grupo
y la invito y la desafío.
El punto de partida de la educación está en el
contexto cultural, ideológico, político, social de los educandos. El educador
tiene que rehacer el mundo, redibujarlo, repintarlo. “Asumir el miedo es no
esconderlo, solamente así podremos vencerlo”.
Análisis del téxto
Paulo Freire propone una
pedagogía para la liberación de los oprimidos, es decir, de la mayor parte de
la población del planeta. La educación se plantea como un proceso dialógico de
ida y vuelta, orientado a romper el silencio esclavizador y recuperar la
palabra negada. Como podemos ver en el texto, el alumno tiene que ser partícipe
de su aprendizaje, tiene que expulsar su opinión y a la vez recoger la del
profesor, que a su vez, lo hará de la misma manera. Ya que para Freire, el
alumno debe liberarse de esas cadenas que le imponen las clases más altas para
su aprendizaje y crear, a partir de esa ruptura de silencio su propio
aprendizaje; contando con el papel fundamental del profesor, que también irá
aprendiendo, convirtiendo la enseñanza-aprendizaje en un proceso de
retroalimentación, en el que ambos enseñan y aprenden de la misma manera. Esta
pedagogía, rompe todos los planteamientos y procedimientos de lo que se llamó
Educación Bancaria, donde profesor enseña todo lo que sabe y alumno calla y otorga
sin ninguna opción de opinión o pensamiento.
Según Freire educador y educando, a través del diálogo
franco, aprenden, enseñan y reinventan la historia.
En nuestra realidad actual,
donde un puñado de medios de comunicación se ha apropiado de las palabras y los
sentidos (también de nuestros sueños), la propuesta de reconquistar la voz para
nombrar el mundo sigue tan vigente como siempre.
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